La vida tiene sus lados oscuros, pero también sus lados claros, me enseñaste a que no siempre hay que centrase en el lado oscuro, porque ese lado oscuro alguna vez fue claro, y el lado claro alguna vez fue oscuro. Me enseñaste a encender la luz hasta en el momento que creía imposible prenderla, me enseñaste a poder ver por más que esté todo oscuro, me enseñaste a respirar en el lugar más cerrado. Me enseñaste a vivir, a ser feliz.
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